lunes, 5 de marzo de 2012

Robyn Hitchcock – Tromso, kaptein

A Robyn Hitchcock me lo presentó Michael Stipe. El lider de R.E.M. puso su voz en “She doesn’t exist”, no recuerdo ni donde ni como la escuché pero si que me veo días más tarde rebuscando entre montones de vinilos aquel que pudiera contener tan preciosa canción de la que no conocía nombre ni edad. Como casi siempre, me equivoqué, pero mi discoteca está llena de felices errores (los tristes acabaron en tiendas de segunda mano). Me llevé "Queen Elvis" bajo el brazo y “Madonna of the wasps” giró a 33 revoluciones por minuto. Me repetía —Is this love?..., atrapado sin remedio en ese mundo del que nunca tendremos la certeza de si provienen de él o ha sido creado por aquellos artistas cuya realidad no parece de éste.

"Perpex Island", sería el siguiente, aunque ya no buscaba sólo una canción, la había encontrado.


Han transcurrido no sé si casi o más de veinte años desde entonces. Un montón de discos, nuevos unos y rescates del pasado otros muchos, han alimentado el deseo, siempre esquivo de realidad, de verlo en directo. Su voz es única, inconfundible, inalterable, la misma que a finales de los setenta estaba al servicio de The Soft Boys (aún, cuando el capricho de los astros así lo decide) creando un estilo imposible de describir sin citar al propio Robyn Hitchcock, por mucho que se esfuercen en encasillarlo dentro de los cánones de la psicodelia británica y de que lo emparienten con los Beatles que dieron a luz “Lucy in the Sky with Diamonds”, con los Pink Floyd de la era Syd Barrett o con el Bob Dylan de todas las eras. ¿The Byrds tocando canciones de The Velvet Underground? Robyn Hichcock tocando sus canciones, inacabadas, imperfectas, geniales.

Ninguno de sus discos será considerado por las revistas especializadas entre los mejores del año (tampoco lo he visto aparecer en muchos blogs), pero les aseguro que me sucede con cada uno de sus trabajos: se abren paso con dificultad pero poco a poco te atrapa la magia que desprenden sus notas, sus letras, sus dibujos (habitualmente es el autor de las portadas); magia que sale a borbotones hasta de la última de las demos incluida como bonus track en la jugosas reediciones de sus primeros álbumes.
Esta vez la criatura se llama "Tromso, kaptein", y para quien no conozca a nuestro protagonista podría ser el primero, viajar en el tiempo y nunca tener la certeza de si estamos a finales de los setenta, los ochenta o empezando a descender por la segunda de las décadas del nuevo siglo. Arreglado con mimo, una sección de cuerda mece las melodías en la profundidad, los coros femeninos sacan las canciones a la superficie y añaden una dosis de ternura y juventud que podría ser increíble en quien lleva más de treinta discos publicados, tratándose de Robyn Hitchcock nada es sorprendente. POP sin fecha de caducidad ni partida de nacimiento.


Plagiando el título de una de sus canciones: Robyn, tienes cielo.

3 comentarios:

  1. Señor COCO está como casi siempre en lo cierto. Su fantástico último albún retoza en algones esa , su vertiente más enérgica al frente de Soft Boys.
    Pero que duda cabe que aún y así nos vuelve a retar con el cinismo que lo caracteriza , con esos arreglos de cuerda y guitarra acústica , una delicia en toda regla.
    La verdad es que no acabó figurando en mi lista de lo mejor del año , pero sí en varias de mis playlist; podría haberlo echo sin duda. Al final decanté la balanza por EAST RIVER PIPE , otro disco que mantiene una relación estrecha con el de Robyn Hitchcock por su delicadeza.
    De lo que no tengo perdón es de habérmelo perdido en el Apolo , pero me pilló con el paso cambiado tras ver a los Megafaun.
    SALUDOS GRANDES DESDE EL OTRO EXTREMO.

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  2. La semana pasada me invitaron a su concierto y no pude ir. Si hubiera leído esto antes todavía me habría sabido más mal de lo que me supo. Saludos.

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